Tratamiento y control del dolor

Una vida sin dolor

Las causas del dolor pueden ser efectos mecánicos (accidentes), inflamaciones agudas y, sobre todo, inflamaciones crónicas. Por lo tanto, es importante encontrar las causas del dolor crónico, especialmente si aparece después de una inflamación crónica. Sólo así podemos llegar a una terapia causal de dolor, sin tener que taparlo con medicamentos y sufrir de efectos secundarios permanentes.

Por lo tanto, la prioridad de la terapia de dolor debe ser el tratamiento causal de las inflamaciones.

En segundo lugar, se debe prestar atención a los conceptos terapéuticos causales como la terapia neural, que consiste en inyectar la procaína anestésica en los ganglios nerviosos locales, que provoca una intensificación de la circulación sanguínea en los tejidos suministrados por estos nervios. Esto aumenta el flujo de oxígeno y nutrientes y permite la eliminación de residuos metabólicos inflamatorios. Al mismo tiempo se reduce la acidosis de los tejidos inflamatorios. Con estas pocas medidas ya se puede llegar a una reducción de dolor significante.

Los analgésicos clásicos, es decir, los analgésicos utilizados en la farmacología, deberían ser la última medida, aunque también hacemos uso de ello si es necesario.

Una advertencia importante sobre el paracetamol, un analgésico de venta libre: está asociado con grandes riesgos, en particular con la insuficiencia hepática. Tomar paracetamol sin consejo médico puede conducir a dosis incorrectas.